Problemas de abastecimiento

Hay un chiste que dice que las mujeres solteras están delgadas porque cuando ven lo que tienen en la nevera se van a la cama y que las casadas están gordas porque cuando descubren lo que hay en la cama se van directas al frigorífico… Pues en cualquiera de los dos casos en que se encuentren mis lector@s me gustaría preguntarles qué tienen en la nevera en estos momentos…. Yo por mi parte me tengo que ir a la cama sí o sí porque menuda tristeza y aburrimiento de almacenamiento en general tengo yo en estas últimas semanas 😥 (por si algún curioso se lo ha preguntado, en la cama sigo sin poder quejarme del contenido ).

Después de unos meses desempleada y dedicada en cuerpo y cuerpo, porque el alma no se presta a ciertos menesteres, a las faenas de la casa (la palabra faena resume perfectamente lo que siento al respecto ¡una putada vaya!) en las que he tenido mi hogar inmaculado y ordenado al cien por cien, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa, me encuentro de repente en una vorágine de trabajo nuevo, abuelos por atender, sobrina venida de las islas afortunadas, revisiones médicas varias pendientes, y un largo etcétera. Como dicen que no hay mal que por bien no venga eso ha ayudado a que últimamente frecuente mucho menos los supermercados, con el consiguiente ahorro en las cuentas de las tarjetas de crédito, sin embargo otros aspectos han resultado mucho más perjudicados, la despensa y el frigorífico entre ellos. Las reservas de avituallamientos a estas alturas de mi desorden organizativo han caído a niveles casi comparables al agua de los pantanos malagueños después de dos años de sequía invernal. Es una pena abrir la puerta de la alacena y comprobar que las latas de atún que antiguamente se peleaban el espacio con las de mejillones, maíz, guisantes, champiñones, piña y otros muchos surtidos se han quedado casi solas en la balda central; el estante inferior es el más concurrido por la única razón de la comodidad a la hora de alcanzar los artículos allí alojados, que tampoco es que a estas alturas sean muchos: un tarro de mermelada, un paquete de azúcar, otro de arroz y de macarrones (rigatonis para ser exactos), un par de sobres de sopa que han quedado relegados al fondo fondo por eso de que ya no se consumirán hasta bien entrado el otoño y creo que poco más (me da pereza levantarme para comprobar si se me ha quedado algo en el tintero)… am, un par de paquetes de piquitos y otro de cereales. El estante alto hace eco, eco, ecooooo…. Para quién le haya chocado lo de que el estante inferior es más cómodo es porque tengo la despensa en un mueble alto sobre el horno encastrado 😎

En cuanto a la nevera, pesa más el contenido de la puerta que el de todo el interior… es lo que tiene poner el cartón de leche con las botellas de refresco de dos litros y la de agua de litro y medio junto con los tarros de salsas barbacoa, brava, mayonesa, mostaza, césar y de yogur… la media docena de huevos y la mermelada de fresa. Las tres bandejas se reparten el triste privilegio de albergar una tarrina de mantequilla, tres o cuatro yogures 0% de los sabores que menos te gustan cuando compras el pack de 8, un retractilado de pavo en finas lonchas, otro de queso gouda en lonchas más gruesas -que sino no saben a nada-, unas bocas de mar, un par de botellas de tónica y un par de bolsas de ensalada. La sandía que tan bien preparan mi mamá y mi amiga Sensi (ver asterisco *) se acabó ayer… El resto del interior está en huelga de cajones caídos…

Y ya si nos pasamos a la parte del trastero en que guardamos los productos de limpieza, de aseo, papel higiénico y rollos de cocina, mejor ni hablamos… si no fuera porque en mi furor otoñal de mujer recién desempleada se me ocurrió como primera opción limpiar el mencionado espacio pensaría que el desbarajuste no me dejaba ver el contenido… pero no es el caso. Está todo diáfana y ordenadamente colocado y aún así no hay sombra de ningún paquete, tarro o bote que sobrepase los diez/doce centímetros de alto…

Queridos amigos, tengo un grave problema de abastecimiento y logística, lo reconozco… y eso dicho por una persona recién incorporada al departamento de logística de una gran empresa supone un problema que puede ir mucho más allá del estrictamente personal… XD … no sé si éste era el mejor lugar para irlo esparciendo a los cuatro vientos…